La sal esencial para la vida. Mucho antes de que se inventara la refrigeración, se usaba la sal como preservativo para impedir que la carne se dañe, y para dar sabor a los alimentos. La sal da vida, preserva vida, y da sabor a la vida; es uno de los minerales más importantes que se halla en el planeta Tierra.
Si nuestras vidas no agregan valor a los colaboradores y entorno cercano, nuestra capacidad para salvar, preservar y dar sabor a la vida quedará diluida y debilitada en consecuencia. Nuestra misión no es simplemente ser sal, sino ser sal pura.
La cantidad de influencia que tienes en el trabajo no siempre está determinada por los títulos. Para medir tu influencia, haz una auditoría simple y escribe las 10 personas que te ayudan a hacer las cosas y asigne a cada una la puntuación del 1 a 10 según la cantidad que dependas de ellas. Piensa en términos generales sobre lo que te ofrecen: asesoramiento profesional, apoyo emocional, acceso a las partes interesadas. A continuación, asignate un puntaje desde sus perspectivas. Considera lo que les ofreces y lo difícil que sería reemplazarte. Finalmente, busca banderas rojas: ¿Agregas valor en un equipo? ¿Tus contactos te ayudan más que tú? ¿La mayoría de tus contactos trabajan en una función o unidad de negocios? Si no estás satisfecho con los resultados de la auditoría, planifica cómo mejorarías los resultados. Esto podría significar contribuir más en la empresa o pasar más tiempo con las partes interesadas. Cuanto más valor crees, más importante será la gestión y legado que dejes.
¿En la vida de quienes estás sirviendo como influencia salvadora, preservadora y que da sabor? No pierdas tu poder mezclándose con las sales falsas de este mundo que impedirán la adecuada influencia en los demás.
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