Puertas se cierran y ventanas se abren...
Estas fueron las palabras de un gran amigo para alentarme, cuando hace años pase a formar la lista de personas en proceso de transición laboral.
Sin embargo, felizmente existen casos de resiliencia mejores, como el de Harold Russell, el perdió sus manos, se hundió en la depresión. Un día Charley McGonegal, que había perdido también sus manos en la guerra, citó al poeta Ralph Waldo Emerson cuando le dijo a Russell: “Por cada cosa que has perdido, has ganado alguna otra cosa.”
Russell se alentó y llegó a ser embajador para los discapacitados. Ganó un Óscar por su papel en la película Los mejores años de nuestra vida. Escribió: “Mi debilidad . . . resultó ser mi mayor fuerza. No pensaba así cuando me sucedió, y no pienso que alguna vez de buena gana perdería mis manos, si tuviera que hacerlo todo de nuevo. Pero habiéndolas perdido pienso que tal vez he ganado muchas cosas lindas . . . No es lo que has perdido, sino lo que te queda es lo que cuenta.”
Cuando miramos más allá de las pérdidas, eso provee una oportunidad de recalibrar para el servicio futuro. No te des por vencido. Tus mejores años son ahora, y tus mejores días están por delante. Éxitos!!!
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