Todos experimentamos lo que podríamos llamar tormentas, las cuales pueden ser interpersonales, económicas, emocionales, físicas y hasta espirituales
A veces incluso son el resultado de nuestras propias decisiones imprudentes. Sin embargo, qué pasa si el problema que nos llega puede ser la cosecha de lo que hemos sembrado en el pasado.
Las tormentas nos interrumpirán por un tiempo nuestros planes cuando insistamos en seguir nuestro propio camino en vez de actuar rápido con sabiduría y pedir un buen consejo con personas de confianza, la ventaja de estas tormentas es que: un
CAPTAN NUESTRA ATENCIÓN. Las tormentas interrumpen nuestra rutina de tal manera que nos detenemos a considerar lo que debemos corregir en nuestra vida.
NOS HACEN HUMILDES. La tomenta desafía nuestro orgullo y nuestra confianza para que nos demos cuenta de que no siempre tenemos el control, y que debemos pedir ayuda de ser necesario.
NOS GUÍAN AL ARREPENTIMIENTO. A veces, las consecuencias de nuestros errores nos obligan a recobrar la cordura y pedir perdón de ser necesario.
ALINEAN NUESTRA VIDA. Las tormentas hacen que dejemos de lado nuestros tercos planes improductivos y nos sometamos al verdadero propósito que nos hemos trazado desde el principio con disciplina. Éxitos!!!
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