En los primeros años de la Guerra Civil, Abraham Lincoln se enfadó tanto por la inactividad del general George McClellan, comandante del ejército de la Unión, que el presidente le escribió una carta de una sola frase: “Si usted no quiere usar el ejército, quisiera pedírselo prestado por un tiempo. Con todo respeto, A. Lincoln.”
Como aquel general, podemos olvidarnos de que todos estamos librando algún tipo de guerra. Con certeza, tal vez podamos percibir las pequeñas escaramuzas o luchar contra temores fugaces, pero debido a que la batalla no se libra a nivel de nuestro mundo físico, tal vez no nos demos cuenta de que estamos en la línea del frente, hablando espiritualmente. Simplemente porque este campo de batalla está en el ámbito invisible de nuestros pensamientos, intenciones y emociones, eso no quiere decir que no sea mortalmente peligroso.
Las buenas noticias son que el universo le ha provisto una armadura completa. Con esta armadura, podemos defendernos y vencer al enemigo. Seamos veteranos experimentados o reclutas novatos, todos tenemos a nuestra disposición recursos que nos protegerán y nos equiparán para ser soldados victoriosos en la guerra que estemos librando. ¡Es tiempo de desempolvar nuestra armadura!
Cuando la armadura de tu carácter ha soportado batallas y adversidades ha sido bien probada, entonces se puede confiar en ella.
Te cuento, un día Napoleón fue a ver a un artesano y le pidió que le hiciera una ropa interior a prueba de balas. El artesano le prometió que podía hacérsela; una muy especial que le brindara seguridad usándola.
Cuando la prenda estuvo terminada, dijeron a Napoleón que estaba lista. Napoleón, después de examinarla le preguntó al artesano si todavía se sentía seguro que una bala no podía atravesarla; el artesano le dijo que estaba seguro que ninguna bala podía atravesarla. Napoleón le dijo que se la pusiera, para poder comprobarla. Después, Napoleón dio unos pasos atrás, sacó su pistola y apuntó al artesano, que gritó: “¡No la pruebes conmigo por favor!” Ante eso, Napoleón respondió: “Me dijiste que era segura,” y disparó. La armadura demostró ser a prueba de balas.
¿Cuánto más la vida toma en cuenta cada una de las partes vitales de nuestro carácter para comprobar, a través de pruebas y tentaciones, si estamos preparados? La armadura de tu carácter ha sido bien probada???, y se puede confiar en ella.
“Acuérdate que enfrentarás todos los días situaciones adversas, dependerá de la respuesta que tu des a estas, para que se conviertan en una oportunidad o un verdadero problema!!!”
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