Robert K. Greenleaf era un ejecutivo corporativo que se desilusionó con los estilos de liderazgo autoritario de arriba hacia abajo en las grandes corporaciones. En 1964, dejó el mundo corporativo y fundó el Centro Greenleaf para el Liderazgo de Servicio.
Pasó el resto de su carrera consultando con las principales corporaciones, instituciones y organizaciones, difundiendo la idea de que los mejores líderes son aquellos que son líderes servidores. El movimiento de liderazgo de servicio sigue creciendo en todo el mundo.
En estos tiempos donde la desconfianza y egoísmo abunda, a ciertas personas les gusta identificarse con el título de líder mediante rótulos externos en camisetas, brazaletes, o etiquetas en diplomas que reciben después de recibir un curso de N horas, para decirle al mundo que pertenecen a los avengers de liderazgo.
Pero, la mayoría de nosotros nos damos cuenta, sin embargo, de que ningún rótulo puede verdaderamente proclamar la verdadera identidad de una persona. Después de todo, cualquiera puede disfrazarse de líder; y algunos lo hacen; incluso hay algunos que se engañarían a sí mismos pensando que pertenecen al grupo de líderes certificados. Así que, ¿cómo identificamos a un líder genuino?
La marca confiable de un verdadero líder no es lo que exhibe en una camiseta o en el cartón colgado en la internet. Distinguimos a los líderes del resto por su conducta en la práctica.
Un líder productivo, positivo, de influencia practicará día con día un genuino interés por su colaborador que solo se podrá traducir en una palabra: “tiempo”, para dedicarlo a influenciar positivamente a su colaborador.
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