Hace siglos en América, cuando un buen amo tenía que dar la libertad a su esclavo, y éste abandonaba su servicio, el buen amo debía encauzarlo en la vida proporcionándole una porción de oro o plata para hacer frente a su libertad. Esto tenía que hacerlo de todo corazón y con alegría, por que sabía según su religión o creencia que la vida prometía bendecir este acto de generosidad. El contexto de esta situación, y en verdad, la ley entera de la siembra y la cosecha, nos obliga a tratar bien a los colaboradores y dejarlos partir bien y con herramientas que le sirvan para lo que deban enfrentar. Debemos recordar cómo nuestros buenos mentores trataron con nosotros cuando decidimos dejarlos y cambiar de trabajo, y esto hace que sea necesario que tratemos benignamente a los demás. Es conveniente que quienes deseen mantenerse en el camino de un buen liderazgo sean generosos con los colaboradores que deseen partir hacia nuevos rumbos. Te pregunto hoy, ¿Cómo podrías esperar que la vida bendiga tu trabajo si oprimimos a quienes nos sirven? ¡Qué bendición está puesta aquí delante tuyo al ayudar y dar herramientas a los colaboradores que deben partir!. La vida te enviará esta bendición dividida en 3 partes: 1 como prosperidad, 2 como paz de mente, y 3 con el sentido de agradecimiento, que es la mejor de todas las bendiciones. La bendición de ayudar a un colaborador en su transición a otra posición dentro o fuera de la organización es más que una fortuna. Líder enriquece a tu colaborador, y no le agregues aflicción en su proceso de cambio o salto.
top of page
bottom of page
Comments