No necesitas grandes gestos para mostrar a tus colaboradores que los aprecias. A veces, son las pequeñas cosas cotidianas las que más importan. Comienza por consultar regularmente a cada uno de tus empleados. Dales el espacio para compartir lo que están haciendo o trabajando.
También debes dar retroalimentación equilibrada. Los elogios son significativos, pero los empleados también quieren saber dónde pueden mejorar. Simplemente no brindes ambos tipos de comentarios al mismo tiempo: separa claramente lo positivo de lo evolutivo.
Ofrecer oportunidades de crecimiento o tareas extensas es otra forma de mostrar a los empleados que son respetados y valorados. Así que tómate el tiempo para discutir explícitamente sobre su potencial. Por último, haz de la apreciación un hábito.
Intenta incorporarlo a tus rutinas habituales, tal vez pasando los primeros 15 minutos de tu semana escribiendo una nota de agradecimiento personal o comenzando las reuniones de tu equipo con agradecimientos por los logros de miembros específicos del equipo. Te sorprenderá la gran diferencia que pueden hacer las pequeñas cosas. Éxitos !!!
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