Por historia sabemos que el padre del famoso Rey David fue Isaí, pero tenemos poca información sobre su madre.
En la Biblia no se menciona su nombre. Sin embargo, una ocasión, cuando David estaba huyendo de los ejércitos de Saúl, buscó un lugar de refugio para su padre y su madre, entonces claramente ella sabía de sus triunfos sobre Goliat, y que Samuel lo había ungido rey de Judá. Pero no sabemos si ella vivió lo suficiente para verlo reinando en el trono de rey.
Pero no podemos negar que vivió lo suficiente para ejercer una influencia poderosa en su vida. Debido que en los libros escritos por el Rey David se señala que aprendió a servir al Señor observando a su madre. Por ejemplo: “Yo te sirvo tal como mi madre te sirvió.”
Al igual que nuestros hijos siempre nos están observando; desde el primer momento en que abren sus hijos al nacer hasta el día en que cerramos nuestros ojos por última vez. También lo hacen nuestros colaboradores, en tal sentido, nunca es demasiado tarde para influir y poner ejemplo.
La cantidad de influencia que tienes en el trabajo no siempre está determinada por los títulos.
Para medir tu influencia, haz una auditoría simple y escribe las 10 personas que te ayudan a hacer las cosas y asigne a cada una la puntuación del 1 a 10 según la cantidad que dependas de ellas. Piensa en términos generales sobre lo que te ofrecen: asesoramiento profesional, apoyo emocional, acceso a las partes interesadas.
A continuación, asignate un puntaje desde sus perspectivas. Considera lo que les ofreces y lo difícil que sería reemplazarte. Finalmente, busca banderas rojas: ¿Agregas valor en un equipo?
¿Tus contactos te ayudan más que tú? ¿La mayoría de tus contactos trabajan en una función o unidad de negocios?
Si no estás satisfecho con los resultados de la auditoría, planifica cómo mejorarías los resultados. Esto podría significar contribuir más en la empresa o pasar más tiempo con las partes interesadas. Cuanto más valor crees, más importante será la gestión y legado que dejes.
Ahora si eres un nuevo líder en una organización, toma decisiones lentamente
Cuando asumes un rol de liderazgo, puede ser tentador probarse a sí mismo al tomar decisiones rápidas.
Pero hasta que estés familiarizado con el funcionamiento de las cosas en la organización, corres el riesgo de juzgar los procesos y las personas demasiado rápido. Por eso es importante controlar tu impulso de "hacer algo". En lugar de actuar, concéntrate en escuchar, observar y aprender de quienes te rodean.
Toma notas sobre lo que escuchas, prestando atención cuando tus suposiciones sobre la compañía o su equipo sean correctas y cuando estén equivocadas.
Y asegúrate de hablar con una variedad de personas. Es posible que aún no sepas quién es una fuente confiable de información, por lo que es fácil verse excesivamente influenciado por la perspectiva de una persona o de un grupo. Una vez que te sientas seguro de seguir adelante, usa tu nuevo conocimiento para seleccionar un área crítica de enfoque para el año. Esto ayudará a tus colaboradores a dirigir sus esfuerzos y evaluar el progreso, tanto el tuyo como el de ellos.
Considera que, en estos tiempos donde la desconfianza y egoísmo abunda, a ciertas personas les gusta identificarse con el título de líder mediante rótulos externos en camisetas, brazaletes, o etiquetas en diplomas que reciben después de recibir un curso de N horas, para decirle al mundo que pertenecen a los avengers de liderazgo.
Pero, la mayoría de nosotros nos damos cuenta, sin embargo, de que ningún rótulo puede verdaderamente proclamar la verdadera identidad de una persona. Después de todo, cualquiera puede disfrazarse de líder; y algunos lo hacen; incluso hay algunos que se engañarían a sí mismos pensando que pertenecen al grupo de líderes certificados. Así que, ¿cómo identificamos a un líder genuino?
La marca confiable de un verdadero líder no es lo que exhibe en una camiseta o en el cartón colgado en la internet. Distinguimos a los líderes del resto por su conducta en la práctica.
Un líder productivo, positivo, de influencia practicará día con día un genuino interés por su colaborador que solo se podrá traducir en una palabra: “tiempo”, para dedicarlo a influenciar positivamente a su entorno.
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