Raun K. Kaufman es un orador y autor estadounidense, ex Director General del Centro de Autismo de América en Sheffield, Massachusetts, en donde la terapia de intervención de autismo Son-Rise es enseñada y practicada.
Lo interesante de la historia es que Kaufman, a la edad de 2 años, fue diagnosticado con autismo severo con un CI menor a 30.
Aunque sus padres, Barry Neil Kaufman y Samahria Lyte Kaufman, fueron informados de que la condición de su hijo era incurable y permanente, crearon un programa en casa para comunicarse con Raun. Subsecuentemente, Raun es etiquetado por tener una recuperación como una persona neurotípica.
En la historia los padres nunca bajaron las expectativas de su hijo, tuvieron fe en él solamente habría que conseguir un método adecuado.
Ahora qué sucede con nuestros colaboradores?
Las altas expectativas pueden motivar a los miembros de tu equipo; pero si tus estándares son demasiado altos, puedes estar haciendo más daño que bien, posiblemente dañando la confianza en sí mismos, de ciertos colaboradores de tu equipo.
Para atenuar los efectos negativos de expectativas demasiado ambiciosas, intenta las siguientes tres cosas:
1ro.- Ten cuidado sobre cuándo y con qué frecuencia expresas tu insatisfacción, en situaciones en las que los colaboradores necesitan mejorar, pídeles que den su mejor esfuerzo, pero si tus colaboradores perciben que estás constantemente descontento, se desmoralizarán;
2do.- Asegúrate de que cada persona en tu equipo sepa lo que valoras de ellos. Si quieres que se tomen en serio alguna crítica tuya, es importante que ellos también sepan lo que encuentras de especial sobre ellos y sus contribuciones en el trabajo; y
3ro.- Asegúrate de comunicar tus expectativas con anticipación, no solo después de que alguien no las haya cumplido. Y no te olvides de ser auto compasivo contigo por lo duro que tu mismo te tratas, y serás más indulgente con las personas de tu equipo si reduces expectativas poco realistas de ti mismo.
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